Elba Garrido de Chaparro, madre y abuelita amada pasó el velo de esta vida en un hermoso día de primavera rodeada de sus hijos.
Ita, como le decía su esposo nació el 28 de octubre de 1929 en Pumanque, Chile. Era la cuarta hija de Efrain Garrido y Virginia Gonzalez, padres amorosos de nueve hijos. Ita, amaba ayudar a su papá en las tareas del campo, andar a caballo y subirse a los árboles. Era una niña suspicaz y traviesa que tuvo una infancia feliz. A los 17 años se mudó a Santiago, Chile. Años más tarde allí conocería al amor de su vida, Elizardo Chaparro Lobos, con quien formaría un hogar centrado en principios de honestidad, fe y amor. Tuvieron ocho hijos de los cuales dos murieron en la infancia. En los años setenta emigraron a Argentina, donde vivieron en Buenos Aires, Santiago del Estero y Córdoba. En 12 de Noviembre de 1988 se sella por tiempo y eternidad a Elizardo en el Templo de Buenos Aires, Argentina. Unión que hace posible que las familia sean Eternas. Al morir Elizardo en el año 1996, Elba emigra a Utah, EEUU donde continúa cuidando y amando a su familia y tocando la vida de muchas personas a través de su ejemplo de fe y su testimonio de Cristo. Elba, era una fiel miembro de La Iglesia de Jesucristo De los Santos de los Últimos Dias, donde sirvió por muchos años en diferentes capacidades. Era una ávida lectora de las escrituras las cuáles estudió hasta que el Alzheimer's ofuscó su mente. Amaba asistir al Templo y a las actividades de la Iglesia. Fue amada y admirada por muchas personas a través de su vida por su humildad y el amor que destilaba a su paso. Amaba las flores y se podía pasar horas en el jardín y la huerta. Era una excelente modista y costurera, cocinaba delicias y le encantaba tejer lo que hizo hasta dos meses antes de su partida. Era muy coqueta y divertida. Su color favorito el "El BLANCO", le encantaba la música, bailar con sus hijos y nietos y disfrutar de las vacaciones en familia. El Santo Templo, El mar de Oregon, Viña Del Mar, las montañas de Utah y Chile, Peralillo, su pueblo natal, Bear Lake en Utah, Carlos Paz en Argentina y Disneyland eran algunos de sus lugares favoritos. Fue no sólo una madre excepcional sino una abuelita maravillosa. Junto a Elizardo criaron a casi todos sus nietos, a quienes mimaron y amaron con todo su corazón. Su tesoro y bendición más preciada era su familia a quién amó y cuidó con mucho cariño. Madre amada y abuelita sin igual, deja un legado de seis hijos. Virginia (César) Beatriz (Bernardo) María Eugenia (Gustavo) Mauricio (Estela) Sandra (Clint) Marcelo (Vilma), 17 nietos y 14 bisnietos en tres continentes. El cuidado y amor de sus hijos y nietos la llenó de alegría y el cariño de amigos, enfermeras, líderes eclesiásticos y doctores a través de los años la hicieron sentir agradecida por sus muchas bendiciones.
Ahora, nuevamente reunida con su Pepe como le decía a Elizardo y graduados con honores de esta vida, disfrutarán de una eternidad de bendiciones y galardones por una tarea bien cumplida. Madre amada, lindisimo sueño, vuela con ángeles! El cielo está de fiesta!
Hasta vernos con Jesucristo, el Rey de reyes.